- Año: 2008
Descripción por los Arquitectos. En el punto más notable de la ruta entre Lisboa y Vila Franca de Xira, se levanta el promontorio de Alhambra, sacralizado por la iglesia y el cementerio. Este lugar, que se configura en forma de terrazas sobre el río Tajo, gana una nueva escala, dominando el territorio circundante, convirtiéndose en un punto de referencia.
Delante de la iglesia hay una plaza de configutación irregular e importante para la organización de toda el área circundante. Este espacio es referenciado en numerosos documentos que dan a conocer su ocupación ancestral y es el protagonista de la memoria colectiva de los habitantes.
Las nuevos espacios funerarios en su diseño e implementación, buscan reorientar la plaza para ampliar sus límites, mejorando la simetría del conjunto y redirigiéndolo al río.
El "juego de la muerte" nos recuerda las sendas estrechas entre las tumbas, su campo perenne y volumétrico. Recordamos su finalidad. Las canteras, en esencia, sirven como un lema, y podemos imaginar las funerarias como un enorme bloque de canales ranurados que organizan la extracción, dejando cicatrices en sus superficies, roturas de dibujo y pliegues de iluminación, forman bancas y permitiendo el ingreso de la luz.
Este proceso permite crear caminos en los que se desarrolla el ritual de despedida. Formalizando el acto a través del uso del mármol y unas dimensiones inusuales, el recorrido es marcado por la luz y la reverberación del sonido de los pasos entre las placas de cruce. Este sonido es ampliado y marcado por las rendijas por donde entra la luz, subrayando dramáticamente la solemnidad del momento.
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